Nuevos requerimientos de capital prepara la SBP
Fuente: Capital Financiero
La implementación efectiva de las nuevas regulaciones será a partir del 2018
La Superintendencia de Bancos de Panamá (SBP) presentará durante el segundo semestre del presente año, nuevas regulaciones sobre requerimientos de capital, riesgo de mercado y riesgo operacional, en línea con la metodología estandarizada de Basilea III, anunció el superintendente Ricardo Fernández al presentar el Desempeño 2016 del centro bancario internacional (CBI).
“Estas nuevas regulaciones las aprobaremos durante este año 2017, pero su implementación efectiva la realizaremos en 2018. Esto implicará una base más amplía de medición de solvencia acorde con las recomendaciones más actualizadas del Comité de Basilea”, dijo el superintendente.
El regulador impulsará las normas requeridas para que el sistema bancario mantenga niveles de adecuación patrimonial e incluido nuevos riesgos, lo que contribuirá a una mejor valoración sobre la solidez financiera de los bancos que operan en el país.
“No obstante, el cambio más sustantivo de las recomendaciones de Basilea III vendrá por la medición de liquidez. Hoy (15 de marzo) debemos estar recibiendo de los bancos los primeros cálculos de la aplicación ortodoxa del índice de cobertura de liquidez recomendado en Basilea III, conocido como LCR (Capital por Riesgo Mercado y Operacional)”, señaló Fernández.
Añadió que estos reportes darán una visión más clara de dónde está el sistema bancario y se aplicará sin ninguna excepción. Con toda seguridad se solicitarán uno o dos ejercicios adicionales para validar los resultados obtenidos.
El superintendente reconoció que la medición LCR representará un cambio sustantivo en la gestión de tesorería de los bancos y puntualizó que “lo más recomendable es reflejar a la comunidad financiera internacional que nuestro sistema es seguro y sólido, con fuertes niveles de solvencia y liquidez medidos con los mejores estándares internacionales”.
Fernández destacó en su presentación que “el sistema bancario presenta claros signos de solidez desde la óptica supervisora y seguimos valorando áreas que representan desafíos para el crecimiento, tales como el menor ritmo de crecimiento de captación de fondos (revisamos si un ambiente de menor captación y de aumento de tasas de interés y el impacto que pueda tener sobre los márgenes financieros y la capacidad de construir capital)”.
Un segundo aspecto importante, citado por el superintendente, fue el acceso a las corresponsalías bancarias. En 2016 el sistema mantuvo un promedio mensual estable cercano a unas 459 relaciones de corresponsalías. “Queremos destacar que desde la salida de la lista gris del Grupo de Acción Financiera Internacional (Gafi), hemos tenido 33 nuevas relaciones de corresponsalías.
“Exhortamos al sistema a seguir diversificando sus fuentes y seguiremos trabajando juntos para crear un mejor entorno para ello”, dijo Fernández.
Respecto a los resultados del 2016, el superintendente dijo que 2016 estuvo marcado por externalidades que, a pesar que no han tenido un impacto directo sobre la solidez financiera del sistema bancario, si han derivado en un aumento de la percepción de mayor riesgo de reputación.
“Como todos saben nuestro negocio descansa sobre un elemento primordial, confianza y por ende mitigar este riesgo sensitivo es una tarea que vamos abordar desde diferentes vertientes”, afirmó.
“Nuestra principal herramienta de política macro prudencial será mantener el sistema bancario con niveles de solvencia elevados y una liquidez que garantice seguridad a todos los depositantes. Esto continuará siendo una de las principales prioridades. En otras palabras, dirigir nuestro esfuerzo supervisor y regulador a tener una posición más sólida de capital que tenga la capacidad para absorber riesgos no esperados”, puntualizó Fernández.
CBI crece 3,3% en 2016
Entre tanto, el informe 2016 de la SBP indica que los activos de CBI que incluye los bancos de licencia general e internacional, se fijaron en $121.075 millones, lo que representa un crecimiento de 3,3% en comparación con el mismo periodo del año anterior.
Los fundamentos son sólidos en los principales indicadores de liquidez, los cuales se mantienen con un nivel de 63,3% y una adecuación de capital de 15,2%, casi el doble del mínimo requerido por la Ley Bancaria.
Por su parte, la cartera de créditos interna al sector privado, principal activo del sistema cerró el año 2016 en $48.629 millones, lo que representa un incremento de 8%, al compararlo con el mismo periodo del año 2015.
Ese crecimiento se reflejó, principalmente, en la banca de personas en especial en el renglón de tarjetas de crédito (19%), los préstamos de consumo personal (13%), principalmente aquellos préstamos personales (13%), el segmento hipotecario residencial (12%) dirigida a la hipoteca fuera del segmento preferencial (4%). El financiamiento interino de la construcción también registró crecimiento de 18%, destaca el informe de la SBP.
Mientras que los depósitos del Sistema Bancario (SB- bancos de licencia general) crecieron 3,6% al pasar de $71.324 millones a $73.919 millones de 2015 al 2016. El total de activo mejoró 4% al ubicarse en $101.152 millones respecto a los $97.273 millones de 2015.
A su vez, la utilidad del periodo para el CBI pasó de $1.575 millones en 2015 a $1.528 millones en 2016, lo que representa una disminución de 3%. En cambio la utilidad del periodo de los bancos del SB cedió 7,2% al fijarse en $1.240 millones en 2016 en comparación con los $1.336 millones de 2015.
Fitch opina
Por su parte, en opinión de Fitch Ratings, “el riesgo reputacional y de conducta permanecerá como preocupación clave para los bancos panameños en 2017, a causa de la interconexión del sistema financiero local y los casos de alto perfil recurrentes relacionados con corrupción que han afectado a diversos países de Latinoamérica”.
Añade que “los eventos de riesgo reputacional podrían presionar el acceso al financiamiento y perjudicar la posición de Panamá como centro financiero regional”.
La calificadora reconoce que los “eventos específicos de riesgo reputacional y de conducta son impredecibles por naturaleza y no han tenido un efecto sistémico considerable en el sector bancario de Panamá. Limitaciones potenciales para el financiamiento, por parte de bancos corresponsales internacionales y otras instituciones financieras, no se han materializado a partir de los escándalos en general”.
Pero advierte que “cada vez más, los casos recurrentes de corrupción y lavado de dinero, además de la competencia, están desafiando el rol de Panamá como centro financiero regional. Más del 30% de los depósitos bancarios de licencia general en el país provienen del exterior, en su mayoría de Latinoamérica, lo que enfatiza el potencial de que los bancos panameños reciban fondos sin un origen claro”.
Fitch determinó una perspectiva del sector negativa para los bancos panameños y prevé pocas alzas de calificación en 2017. La capitalización limitada del sector, en especial en prestamistas pequeños y medianos, deja poco margen para que estos bancos soporten un deterioro crediticio.
“La desmejora material en el capital conduciría a bajas de calificación. Fitch espera que el deterioro de la calidad de activos se acelere en el presente año, pero el nivel de préstamos deteriorados debería seguir aún controlado en relación con la capacidad del sistema para gestionar los riesgos”, concluye el reporte.